Dallas Mavericks: campeones de la NBA.

Esta noche Dallas Mavericks se ha ganado para siempre la consideración de equipo campeón. A partir de hoy, cuando temporada tras temporada veamos al equipo de Texas formar plantillas importantes aspirantes al título muchos dejaremos de pensar o de decir eso de “sí, gran plantilla, pero como siempre se vendrán abajo en los playoffs.”

Treinta y un años de historia han pasado hasta que han conseguido el privilegio de poder colgar del techo de su pabellón la bandera de Campeón de la NBA, cerca de sus dos únicos números retirados en más de tres décadas, Brad Davis y Rolando Blackman, sinónimo de que pocas cosas han tenido que celebrar hasta ahora. En pocos años veremos el 41 de Dirk Nowitzki, el 2 de Jason Kidd o el 31 de Jason Terry flanquear para siempre la bandera de campeones en lo más alto del American Airlines Center.

El triunfo de Dallas sobre el Miami de Wade, LeBron y Bosh ha sido el triunfo del término equipo. Esta final ponía en la palestra dos formas muy distintas de afrontar el baloncesto: la transición imparable de Heat , su juego “previsible” en el ataque estático condicionado a la genialidad de LeBron y Wade, y su capacidad defensiva contra el todos a una de Dallas, el imparable juego de Nowitzki, la “vuelta al pasado” de Marion, la movilidad de balón en busca del tiro cómodo, el peligro constante desde los laterales, la sexta o séptima marcha que impone Barea, el talento de Terry, la variedad táctica de su defensa… y hasta la incómoda presencia de Cardinal (!).

La mayor muestra de la importancia del bloque quedó refrendada en el sexto y último partido de la serie, jugado en Florida, en el que pese a que Dirk Nowitzki firmó un horroroso 4/19 en tiros (21%) en los tres primeros cuartos los Mavs fueron capaces de ir por delante en el marcador en todo momento. Finalmente, la estrella alemana logró resarcirse en el último cuarto acertando 5/8 en sus tiros de campo para finalizar con 9/27 en tiros (33%) y 21 puntos.

Disfrutemos de este torrente de juego colectivo porque tal vez me equivoque, pero se me antoja improbable ver de nuevo a estos Mavs en lo más alto de la NBA. Por varios motivos:

- Los 38 años de Jason Kidd, los 34 de Terry y los 33 de Nowitzki y Marion.
- Si LeBron tenía hambre de anillo su segunda final perdida debe haberle abierto aún más el apetito y en su segundo año en Miami con Wade y Bosh, si forman un EQUIPO y si aprenden de los errores de esta final los Heat deben ser el candidato número uno para la 2011-12.
- Vienen por detrás dos equipos jóvenes que están creciendo a pasos agigantados y que han estado a un paso de la gran final: los Bulls del MVP Rose y los Thunder de Durant.
- Y, sobre todo, hay un equipo en California, eliminado esta temporada en semifinal de Conferencia, con anillos de sobra para abrir una joyería y que se caracteriza por sus ganas de ganar. Los Ángeles Lakers…

Grandes Mavs. Grandes Campeones.

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