miércoles, 2 de marzo de 2011

En el baloncesto, somos cuatro gatos

(Por Marta Abad)


Hacía tiempo que le daba vueltas aunque no encontraba el momento ni la manera de expresar lo que viene detrás del titular. Pero, como con todo, al final una se da cuenta que ha de ser fiel a sus pensamientos, a su visión de las cosas y que la forma ha de ser simplemente el contenedor de dichas reflexiones. Así pues trataré de ser clara aunque provoque algún revuelo por el choque de opiniones o por lo controvertida y “destroyer” que pueda parecer.

Y qué mejor que empezar pegando fuerte y dejarnos de hostias: no nos quejemos tanto del trato que se le da al baloncesto cuando es el que merece. Sí, por supuesto, podéis dejar de leer en este punto e ir a otra cosa mariposa que el tiempo escasea y los asuntos a los que dedicarse- en la sociedad multitarea y multiopciones- son infinitas; qué digo infinitas, son más. Trataré de explicarme. Todos sabemos cómo funciona esto de la televisión y de cualquier otro medio de comunicación. Los contenidos “bien tratados” (léase programas, noticias, espacios…etc.) son aquellos que llegan a una audiencia suficiente para atraer la inversión de los anunciantes del tipo que sea. Y no, no es momento de debatir sobre la calidad de los mismos.

Foto: ACB Photo.

Por tanto y siendo tremendamente simplistas: ¿qué tratamiento esperemos que se le dé a un deporte que consigue llegar a un segmento tan limitado de población? No, esto no funciona en el sentido opuesto, no lo sigue poca gente porque la cobertura sea mala; no seamos demagogos y sí conscientes de que los medios, en cuestiones crematísticas, no se maman el dedo. Pensemos en programas de (very) late night que se superan a ellos mismos semana tras semana o día tras día en los rankings de más vistos, reparemos en encuentros de fútbol de mínima trascendencia y posiblemente mínimo “colorido” (no entro porque es un deporte que hace años que no sigo), revisemos la lista de diarios más leídos, de noticias más buscadas sobre cuyo titular se ha hecho click…¿Resulta que hay algo que no funciona? ¡Para nada! El pueblo es soberano- suena a tópico pero en este caso aplica- y escoge con criterio, el suyo, con qué desea recrearse, alimentarse, informarse, recrease… o cualquier ‘-se’ que se nos ocurra para completar la lista; y no, el baloncesto no figura precisamente en lo alto de la lista.

A través de ese magnífico patio de recreo y escuela de los tiempos modernos llamado Twitter, leo cada día en (bueno vale, admito que tal vez no sea tan a menudo) quejas sobre el poco- léase ridículo/casi imperceptible- caso que al baloncesto se le hace. En vez de seguir pataleando, ¿por qué no admitimos que somos una minoría tal vez selecta y sacamos partido de las múltiples fuentes, porque las hay, que nos mantienen informados sobre el deporte de la canasta y la pelotita roja?

El primer lugar donde se refleja el interés/amor pasivo (dejo para otro debate la práctica del mismo) por un deporte es en los pabellones y éstos, en nuestro país, no están precisamente esperando a ser ampliados. En cuanto a las audiencias, tema que ya hemos pasado por encima, si me permitís pienso que es mejor no poner el dedo en la llaga pero sí me remitiré a un comentario visto en la citada red social previa jornada ACB (vía @sanchezmarca): “Soy fanático del baloncesto, pero mejor que no se hagan públicas las audiencias del Lagun Aro-Manresa del próximo domingo en Teledeporte.” Este era, tal vez, un caso extremo por ser dos equipos en pugna no precisamente por la gloria- y ojo que os lo dice alguien que sí siguió el partido desde la poltrona casera- si bien, el encuentro de la jornada, nada más y nada menos que el Regal FB Barcelona- Caja Laboral Vitoria, no cosechó unas cifras de visionado mucho más “aplaudibles”.

A tenor de todo ello, ¿qué argumentos nos quedan (si hablo en primera persona es porque en corazón me incluyo entre los que berrean y patalean) para exigir el mimo de los diferentes “entes informativos” hacia el baloncesto? Y no me vale el “somos campeones de Europa” o “un equipo ACB es el actual campeón de Europa” porque ello no apelaría a los medios, en todo caso habría de movilizar (cosa que no ha hecho) primeramente, a nuevos y múltiples seguidores. ¿Nos toca resignarnos al ostracismo- yo me quedo con el elitismo de puertas abiertas- de ser unos freaks? Tal vez sí o sí, por el momento.

Por nuestra parte, podemos encauzar las energías de la queja en una tarea tan bella y agradecida como la de evangelizar el baloncesto entre los nuestros. “Otros”, ya nos entendemos, que se pongan manos a la obra y empiecen dicha obra por los cimientos ya que trabajo tienen para redefinir el modelo que ellos adjetivarán como deportivo pero que yo, personalmente, le llamaré de negocio. Porque, amigos, de nuevo volvemos a la madre de todas las cosas: si esto no es rentable (de verdad y sin paliativos, condicionantes o romanticismos varios) acabará condenado a algo peor que el freakismo. Así pues, demos gracias de ser unos privilegiados y saber escoger lo que es bueno.



Marta Abad.
TWITTER: @EscribirVivir

1 comentario:

  1. Marta, ya sabes que me parece brillante tu post y el tema que tratas ;)

    En relación con el tema del post de Marta Abad, os invito a leer un post de Miguel Martín (@MiguelMartinL en twitter), Jefe de Estudios de la Escuela Nacional de Entrenadores de la FEB, en su blog http://entrenadorbaloncesto.blogspot.com/ titulado "Show>70"

    Saludos.

    Andrés.

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