(Por Marta Abad)
Hacía tiempo que le daba vueltas aunque no encontraba el momento ni la manera de expresar lo que viene detrás del titular. Pero, como con todo, al final una se da cuenta que ha de ser
fiel a sus pensamientos, a su visión de las cosas y que la forma ha de ser simplemente el contenedor de dichas reflexiones. Así pues trataré de ser clara aunque provoque algún revuelo por el
choque de opiniones o por lo controvertida y “destroyer” que pueda parecer.
Y qué mejor que empezar pegando fuerte y
dejarnos de hostias:
no nos quejemos tanto del
trato que se le da al baloncesto cuando es el que merece. Sí, por supuesto, podéis dejar de leer en este punto e ir a otra cosa mariposa que el tiempo escasea y los asuntos a los que dedicarse- en la sociedad multitarea y multiopciones- son infinitas; qué digo infinitas, son más. Trataré de explicarme. Todos sabemos cómo funciona esto de la televisión y de cualquier otro medio de comunicación. Los
contenidos “bien tratados” (léase programas, noticias, espacios…etc.) son aquellos que llegan a una audiencia suficiente para atraer la inversión de los anunciantes del tipo que sea. Y no, no es momento de debatir sobre la calidad de los mismos.