miércoles, 17 de noviembre de 2010

Mi opinión sobre el tema “Base como Director de Juego”


He leído con atención varios artículos de la web http://www.feb.es/ en los que tratan con cierta preocupación el tema del título de este post. (Por cierto, una recomendación a los que gestionen la web: en “comparte esta noticia” estaría bien que incluyerais vía twitter).

En concreto he leído y recomiendo leer “Reconstruyendo al Director de Juego” de Kiko Martín (http://www.feb.es/NoticiaDesarrollo.aspx?idNoticia=35526), “Sin directores de juego perdemos la hegemonía” de Kiko Martín y declaraciones de Ángel Palmi (http://www.feb.es/NoticiaDesarrollo.aspx?idNoticia=35574), "El retorno del Base" del ex jugador y ex base Rafa Monclova (http://www.feb.es/NoticiaDesarrollo.aspx?idNoticia=35596 y http://www.feb.es/NoticiaDesarrollo.aspx?idNoticia=35597) y “La Semántica del uno” de Miguel Martín (http://entrenadorbaloncesto.blogspot.com/2010/11/la-semantica-del-uno.html?spref=tw)


Al respecto del tema “Directores de Juego” en nuestro baloncesto, afirma Ángel Palmi, Director Deportivo de la FEB, que “no estamos formando directores de juego”. Si el máximo responsable deportivo de nuestro baloncesto hace tal afirmación cuanto menos preocupa y, como es lógico y sano, abre un debate interesante para el futuro de nuestro deporte.

Primera reflexión.

Se menciona en la FEB un error en algún “punto de la formación de los jugadores” que “hace improbable disfrutar en categorías de formación de directores de juego”. Dice Ángel Palmi que se están creando “unos” en vez de “directores de orquesta”. Pero un grande de nuestro baloncesto, Juan Antonio Corbalán (Mejor Base Nacional no en activo de una encuesta "informal” realizada durante el pasado Mundial entre una quincena de personas entre los que se encontraban el Presidente y el Director Deportivo de la FEB junto a varios periodistas, según uno de los artículos), opina que la madurez de un base rara vez aparece antes de los 18 años.


Es decir, atendiendo a la afirmación de Corbalán, no deberíamos preocuparnos de no ver directores de orquesta en categorías de formación.

Estoy de acuerdo con el ex base de la Selección y del Real Madrid. No me parece preocupante no ver claramente definido a un director de juego en categorías inferiores. Considero que la mayor preocupación que deben tener los formadores de jóvenes bases es que estos adquieran la mayor perfección posible en sus fundamentos técnicos, sin descuidar, por supuesto, el hacerles entender poco a poco a leer el juego desde sus inicios.

A mayor perfección técnica, más facilidad para posteriormente poder llevar a cabo otras “misiones”.


Segunda reflexión.

Dice en otro momento Angel Palmi “El base ha de ser capaz de generar peligro ante la defensa rival constantemente, pero no está obligado a basar la dirección en acciones individuales como primera opción de su repertorio”.

En muchas ocasiones no consideramos como buen director de juego al base que suele hacer jugar a su equipo a partir de acciones individuales como primera opción, algo que considero erróneo. Si el base es casualmente el jugador más desequilibrante del equipo en el uno contra uno, parece una opción más que lógica fomentar el inicio de la dirección del juego a partir de una acción individual del mismo, por ejemplo de un 1x1, ya que si tiene facilidad para irse de su par creará el primer desajuste defensivo. A partir de ese punto de desequilibrio, pienso que la opción que elija el base marcará si es o no es un buen director de juego.


Tercera reflexión.

De la votación realizada según uno de los artículos, me llama la atención la explicación del que sale elegido Mejor Base Europeo no en activo, el italiano Pierluigi Marzorati. Entre otras cosas afirma “… el base tendrá la obligación de conocer a fondo a sus compañeros en cada situación (entrenamientos, vestuario, fuera de casa…) para evaluar los aspectos positivos y negativos de cada uno…”


En este aspecto hay un detalle que creo no haber leído en ninguno de los artículos mencionados (o que he pasado por alto) , y no es otro que uno de mis “temas favoritos” al analizar nuestro deporte, la Impaciencia que rige el baloncesto profesional. Al fin y al cabo, la preocupación existente sobre los jugadores de cantera redunda en el posterior reflejo que tendrá en nuestro baloncesto profesional.

De esa lista de los mejores bases no en activo a nivel mundial, español y europeo, todos tienen en común algo que no se da con normalidad en nuestro baloncesto. La continuidad del bloque del equipo.

El base debe conocer a fondo a sus compañeros, claro. Pero, ¿cuántas temporadas jugaron juntos Magic, Byron Scott, James Worthy, Kareem Abdul-Jabbar...? O, ¿Cuánto tiempo compartió vestuario Corbalán con Fernando Romay, Rafael Rullán, Juanma Iturriaga, Alfonso Del Corral, Wayne Robinson,…?

En nuestro baloncesto eso ya no existe. Os remito a al post “Tiempo vs Equipo” de este blog para que comprobéis lo que os digo (http://espanolesnba-twitter.blogspot.com/2010/09/tiempo-vs-equipo.html)

Es decir, es más difícil hoy en día conocer a fondo a los compañeros, porque rara vez duran juntos más de 2 o 3 temporadas… y lo mismo ocurre con la filosofía del entrenador, que tampoco suele durar más de 2 o 3 años en su puesto, salvo excepciones.


Conclusión.

Este baloncesto ya no es el de antes por lo que dentro del enfoque de la formación de “directores de juego” creo que hay un aspecto fundamental a enseñar a los jóvenes bases para que puedan demostrar en el mundo profesional que saben leer el juego, y ese aspecto no es otro que “cómo detectar, analizar y sacar el mejor rendimiento en el menor tiempo posible a las características de sus compañeros y su entrenador... con los que probablemente coincidirá poco tiempo en el mismo vestuario”.



espanolesnba@gmail.com



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