jueves, 21 de octubre de 2010

Carlos Cabezas: efecto dominó o daños colaterales.


Los movimientos del mercado de jugadores tienen consecuencias en otros compañeros de profesión. Pero depende mucho de dónde procede el fichaje que desencadena el movimiento que le continúa para poder darle a este un calificativo. A veces provocan nuevos fichajes, otras provoca despidos y en ocasiones contadas la oportunidad de que se produzca la irrupción de una joven promesa. Es decir pueden ser consecuencias positivas del mercado, que llamo “efecto dominó”, o negativas, a las que llamo “daños colaterales”.

Por ejemplo, un “efecto dominó” provocó el fichaje de Ricky por el FCB, que posibilitó que el DKV fichara a Valters del Fuenlabrada y dejara al joven Josep Franch como claro segundo base del equipo. A su vez, el Fuenla fichó a Chris Thomas, que pasó de ser un “desconocido” a rellenar muchos artículos… y supongo que su bolsillo para esta temporada. Así, el efecto del fichaje de Ricky podríamos seguirlo hacia distintos focos: Lakovic perdió protagonismo, los minutos de Franch en el filial o el equipo de cantera los ocuparía otra joven perla de la penya, etc.

Pero, ¿qué ocurre cuando el fichaje que provoca el movimiento proviene del…paro?

Estamos en ese caso con el fichaje de Carlos Cabezas por el CAI Zaragoza. Este movimiento del mercado provocará en vez de un efecto dominó unos daños colaterales.



Llega Cabezas al CAI tras su paso por el Khimki ruso, su larga y exitosa trayectoria en Unicaja Málaga y en la Selección Española y lo normal es que sea el líder del equipo, el base titular, que juegue mínimo 25 minutos, etc. El movimiento que esto provoca lo van a sufrir o Sam Van Rossom (24 años) o Joan Riera (31 años). O se queda alguno sin jugar o acaba uno en la calle.

Van Rossom era el base titular, por lo que parece lógico que pase a ser el segundo base, aunque ya depende de lo que busque el coach en su segundo base y de cuestiones “económico-técnico-políticas”. Este jugador estaba ante la oportunidad de su vida de abrirse un hueco en la liga más fuerte de Europa llevando las riendas de todo un clásico.

Joan Riera era el segundo base. Tras jugar anteriormente sólo 5 partidos ACB con el Estudiantes, está a sus 31 años ante posiblemente su último tren de destacar en esta liga. Lo normal es que se quede sin jugar o que sea traspasado, cedido o despedido. Que a su vez provocará más daños colaterales en otros jugadores, ya que duraría menos en el paro que un caramelo en la puerta de un colegio tras ser la temporada pasada el mejor base de la LEB ORO junto a Carlos Cherry, lo que a su vez provocaría el despido de otro base en la LEB ORO o su pérdida de protagonismo o de oportunidad, etc.

Las consecuencias del fichaje de Cabezas las veremos en pocos días o semanas, pero yo las califico desde ya como “daños colaterales”.


espanolesnba@gmail.com

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